23 de agosto, 2021 / El conocimiento científico nos permite entender el proceso de la escritura y sus etapas. Además, nos facilita orientar al alumnado mediante la práctica guiada de modo que paulatinamente vaya atendiendo a la responsabilidad de su propio desarrollo. Pero ¿vamos hacia ahí?
Como una comunidad regional de investigación y aprendizaje que contribuye al desarrollo eficaz de habilidades esenciales de lectura y escritura en los primeros grados, la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica y el Caribe (REDLei), a través de su eje de formación, ha desarrollado el Curso Enseñanza y Aprendizaje de la Escritura. Este apunta a una enseñanza explícita y armónica que permita al alumno desarrollar la comunicación escrita.
En el marco de este curso se organizó el conversatorio “Hacia una pedagogía de la escritura inicial en Centroamérica y el Caribe”. Este fue un espacio pensado para conversar, reflexionar y aprender, dirigido a maestros/as, técnicos/as educativos/as y quienes reconocen la lectura y escritura como habilidades esenciales para el desarrollo integral.
Estuvo a cargo de tres especialistas referentes en la región: Pelusa Orellana, doctora en alfabetización y educación inicial, profesora titular de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes en Chile; Rossana Pinillos, maestra de educación primaria y profesora en lengua y literatura, autora y editora de numerosos materiales educativos y Byron Delgado, máster en Educación y Aprendizaje, además de Coordinador de Español del Departamento de Educación de la Universidad Centroamericana.
¿Cuáles son los principales problemas en la enseñanza de la lectoescritura?
Actualmente hay muchas investigaciones en cuanto a estrategias pedagógicas para enseñar y sobre cómo aprenden los niños. Sin embargo, existe una brecha en la actualización docente, quienes no siempre basan su práctica en la evidencia.
“Con la investigación centroamericana sobre formación inicial docente nos dimos cuenta que las escuelas no tienen suficientes recursos docentes preparados para enseñar a leer y escribir”, apuntó Delgado.
Pinillos está convencida de que la formación constante tiene consecuencias en la mejora de las prácticas implementadas. Por ello, “quienes trabajan con los pequeñitos necesitan tantos conocimientos como quien enseña educación superior, en ingeniería o química, porque los procesos son igualmente complicados”.
“Aprender a escribir es un proceso complejo, toma tiempo, requiere la combinación de muchas actividades y procesos”, señaló Orellana.
“Entre los problemas que tenemos los maestros está la exigencia de las instituciones educativas que creen que el prestigio está en que el niño aprenda a leer muy temprano. Entonces sería interesante tener directores formados en este campo, maestros formados con un sustento científico... que sepan que no deben preocuparse si el niño no aprende a leer a los cuatro años”, aseguró Pinillos.
Retos
También se plantearon estrategias ante retos comunes al momento de enseñar a escribir en preescolar y primaria. “Cuando nos encontramos con entornos donde no hay escritura quizá hay que modelar cómo se usa la escritura en nuestro entorno... está todo ese aprendizaje informal que aprenden los niños cuando son pequeñitos y empiezan a encontrarse con un entorno letrado que les habla, que les muestra letras, que les muestra personas escribiendo una lista para el supermercado, tomando nota de un mensaje telefónico o cualquier actividad de escritura y se van dando cuenta para qué es la escritura en nuestra vida. Esto contribuye mucho a facilitar ese aprendizaje posterior” agregó Orellana.
En cuanto a la enseñanza de la escritura en el contexto de educación remota, Delgado afirmó que “uno de los principales factores que incide positivamente es que se provea al padre de familia suficiente material e instrucción para que provoquen en casa la estimulación de la escritura y la lectura”.
El curso Enseñanza y Aprendizaje de la Escritura inicia el 30 de agosto, 2021. Más información en https://bit.ly/366O2gJ