24 de noviembre de 2021 | Estudiantes de la carrera de Arquitectura de la Universidad Centroamericana (UCA) obtuvieron el primer y tercer lugar en el Concurso Estudiantil Vivienda Mínima Inteligente, promovido por el Instituto Americano de Arquitectos de Región Internacional y gestionado por el Colegio de Arquitectos de Nicaragua (COAN).
Este concurso tuvo como propósito que las y los participantes crearan propuestas arquitectónicas innovadoras, basándose en el concepto de edificios o viviendas verdes, mismas que son una parte integral de la solución a los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta.
En este sentido, el rol del profesional de la arquitectura es fundamental en definir el impacto que tendrán las construcciones del hoy y del mañana en el medioambiente. Por ello, los estudiantes tuvieron el reto de generar prototipos de vivienda mínima inteligente dirigida a reducir al máximo los consumos de agua y energía, así como hacer uso eficiente de los materiales.
El equipo ganador del concurso está conformado por los estudiantes Adan Vindell, Carmen Lucía Molina, Christopher Prado, Maura González y Selgui Miranda. Para realizar su proyecto estudiaron modelos análogos de ahorro energético, ahorro de agua, consumo de materiales y viviendas mínimas de interés social. Además, analizaron todos las fortalezas y las debilidades de cada uno y así lograron integrar lo mejor de cada sistema en su proyecto.
“Aprendí que algunos espacios tienen conflictos con otros en determinada distribución a pesar de tener el mismo metraje cuadrado. Este punto fue el determinante para el proyecto, realizar una propuesta que sea óptima y que sus remates visuales sobresalgan en cada vista”, menciona el estudiante Christopher Prado.
Por otro lado, el equipo ganador del tercer lugar estuvo conformado por los estudiantes: Cindy Andrea Altamirano, Gerardo Ulises Murillo, Kimberling Dayana Jarquin y Marisol Valle Hernández. El proyecto de este grupo ganador consistió en la elaboración de una casa a base de bambú.
El equipo menciona que su proyecto busca contribuir hacia la resiliencia y sostenibilidad, considerando las necesidades de la familia y cómo promover en ella ese sentido de pertenencia. Los espacios fueron diseñados con criterios pensados desde la arquitectura bioclimática en relación a la ventilación, iluminación, instalaciones eléctricas y sanitarias.
“Como futuros arquitectos debemos pensar desde lo ético y conocer más acerca de las políticas habitacionales. La vivienda no supone ser pensada con el único objetivo de acoger al hombre o de crear una edificación visiblemente agradable, sino de crear un espacio que también considere en su diseño el sentir de sus usuarios. Es decir, diseñar un lugar que pueda brindar más que un techo, un hogar, y que a su vez se adapte a las nuevas demandas sociales. Es conocer a las personas, sus valores y cómo impulsarlo a la colectividad”, menciona Cindy Altamirano.
Desde su inicio, esta iniciativa fue considerada de parte del colectivo docente del Módulo de Hábitat Popular como un factor de oportunidad para promover la conciencia ambiental y la creatividad espacial en los estudiantes de cuarto año de Arquitectura que cursan durante este semestre las tres asignaturas integradoras del módulo, que son: Análisis de Datos, Taller Espacial Habitacional y Alternativas Tecnológicas. En el marco de esta última asignatura, los estudiantes recibieron asesoría de su docente, el MSc. Alberto Solorzano.
“La generación de soluciones de vivienda mínima que apliquen principios de sostenibilidad ambiental, integrando elementos tecnológicos constructivos para disminuir la huella de carbono, es compatible con los objetivos programáticos de las asignaturas. En estas se busca el aprovechamiento de las condiciones naturales enfocadas a la optimización del diseño y protección del espacio habitacional, para la reducción del riesgo a desastres y adaptación al cambio climático, en consonancia con el compromiso ambiental promovido por nuestra universidad”, mencionó el MSc. Martín Majewsky, Director del Departamento de Diseño y Arquitectura de la UCA.
Parámetros del concurso y jurado
De cara al concurso los y las estudiantes debían diseñar una vivienda inteligente modular de 36 metros cuadrados con proyección de crecimiento a 72 metros cuadrados – 108 metros cuadrados. Debían incorporar como ambientes mínimos 2 cuartos, 1 baño, sala-comedor, cocina, terraza y área verde, considerando los siguientes retos de sostenibilidad:
El concurso, en el que participaron 17 grupos de la UCA, se desarrolló entre los meses de agosto y noviembre de este año. El jurado calificador estuvo conformado por un comité internacional con profesionales de México, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana y Nicaragua. Todos con especializaciones o maestrías.