30 de abril de 2020/La educación en tiempos de crisis tiene el desafío de adaptarse a las nuevas circunstancias, buscar otras estrategias educativas y utilizar herramientas tecnológicas a disposición para no detener el aprendizaje de quienes son el presente y el futuro del país y la región. Estas son algunas de las conclusiones de cuatro profesionales que participaron en la charla virtual Educación en tiempos de COVID-19, actividad de la que fue parte la Universidad Centroamericana (UCA) mediante la exposición de la Dra. Wendi Bellanger, Vicerrectora Académica.
Esta charla fue impulsada por el consorcio conformado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Plan Nicaragua, Casa Pellas, Fundación Zamora Terán, Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) y la UCA.
En su intervención, la Dra. Bellanger abordó los Desafíos y oportunidades de la educación virtual a distancia, una mirada a la experiencia que ha tenido la UCA con este reto desde hace 12 años que empezó a implementar esta modalidad como parte de sus planes de estudio, mediante un Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA).
“Antes de la crisis el pico más alto de cursos virtuales ofrecidos en un período académico en la UCA fue de 38 cursos. La modalidad estaba muy presente en la universidad, pero no constituía una opción preferencial entre los estudiantes. (…). Sin embargo, tras la crisis de 2018 la virtualidad deja de ser solamente una opción para convertirse en la única alternativa para seguir adelante en momentos de alta peligrosidad. En el Ciclo Académico Virtual de ese año se rompe una barrera al pasar de la cifra anterior a ofrecer un portafolio de 432 cursos en línea. Luego, en marzo de 2020, con el cambio abrupto de clases presenciales a virtuales debido a la pandemia del Covid-19, se virtualizan 928 cursos de grado”, explicó Bellanger.
Para la Dra. Bellanger, “el desafío más importante de la educación virtual es romper con barreras culturales. Entre algunos estudiantes y docentes persisten ideas sobre esta modalidad que los predisponen negativamente”. Admitió ser consciente de que las clases presenciales tienen ventajas que las virtuales no. Pero considera que es un error comparar las clases virtuales con las presenciales, pues se trata de dos modalidades distintas con sus propias metodologías, debilidades y fortalezas. La debilidad más preocupante de la modalidad virtual es que algunos estudiantes no cuentan con acceso a internet y equipos adecuados en sus hogares. En atención a esta realidad, la UCA ha proveído acceso a estos recursos en su campus durante todo el semestre. Varios estudiantes y docentes han aprovechado esta oferta.
“Solventada la barrera del acceso, vale la pena destacar que la educación virtual presenta oportunidades indiscutibles. Nos da la capacidad de adaptación y de resiliencia ante las nuevas realidades. En algunos casos, ayuda en la disminución de costos en el hogar (por ejemplo, costos de transporte). Asimismo, la más importante es que el aula virtual es un espacio transparente donde se puede supervisar en cualquier momento el desarrollo de una asignatura, el desempeño de un docente y el avance de sus estudiantes. Y no hay que olvidar la internacionalización, un aspecto que se democratiza con las clases en línea, en las cuales se pueden desarrollar experiencias de internacionalización en casa disponibles para todos y todas”, dijo la Vicerrectora Académica.
En la charla también participaron la MSc. Emma Näslund-Hadley, especialista en educación de la División de Educación del BID en los Estados Unidos; la MSc. Gloria Carrión, analista e investigadora en temas socioeconómicos de Funides y la MSc. Mariluz Salgado, especialista regional de Monitoreo y Evaluación de la Fundación Zamora Terán.