21 de abril, 2017/El Rector de la Universidad Católica Andrés Bello en unión de su Canciller, Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas, y su Vicecanciller, P. Rafael Garrido, Provincial de la Compañía de Jesús, se dirigen a la opinión pública para emitir el siguiente comunicado.
La Universidad Católica, nacida del Corazón de la Iglesia, no debe ni puede permanecer callada frente a la violación de derechos humanos y la impunidad. Ante el rostro sufriente de Cristo, que veneramos en estos días de Semana Santa, escuchamos en nuestra conciencia, con la misma insistencia, la voz de Dios que reclama a Caín: “La sangre de tu hermano clama desde el suelo hasta mí”
De acuerdo con los señalamientos de la Fiscal General de la República y la comunidad internacional, Venezuela sufre una grave ruptura del orden constitucional, que lamentablemente no ha sido subsanada, lo cual agrava profundamente la convivencia democrática y cuestiona la existencia de un “Estado Social de Derecho y de Justicia”.
El desconocimiento a la Asamblea Nacional y su bloqueo permanente es totalmente inaceptable. Como lo expresó la Conferencia Episcopal Venezolana, “una nación sin parlamento es como un cuerpo sin alma”. Desconocer la existencia del otro y sus derechos, es sencillamente destruir toda posibilidad de convivencia democrática y plural.
Frente a esta situación, la gente, y muy especialmente los jóvenes universitarios, han decidido protestar y reclamar sus derechos. Protestar no es un delito, es un derecho humano que debe ser respetado y garantizado por el Estado, como lo establece nuestra Constitución.
En concreto, los ciudadanos que han salido a protestar exigen:
Ante estas demandas legítimas de nuestro pueblo, el gobierno ha desplegado una represión indiscriminada y sistemática contra la población civil haciendo uso irresponsable e ilegal de la fuerza. Son especialmente aberrantes los disparos de bombas lacrimógenas dentro de centros hospitalarios y de centros comerciales, el disparo de este tipo de bombas directo a las personas y el lanzamiento de estos artefactos desde helicópteros de los cuerpos de seguridad del Estado. Se ha registrado el uso de armas de fuego para reprimir a los manifestantes. Solo en Caracas se reportan más de 50 heridos, se han reportado 2 muertos en diferentes estados y el número de detenidos en el país asciende a 298 personas.
Todos los mecanismos de orden público deben ser compatibles con la protección y la garantía de los derechos humanos. Nuestra Constitución establece en su artículo 68, que se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas. El Estado tiene un límite que no puede transgredir y son los derechos humanos. No se pueden sacrificar los derechos humanos con el pretexto de restaurar el orden público.
Exigimos al gobierno en nombre de Dios: que cese la represión y la criminalización de las manifestaciones pacíficas mediantes las cuales el pueblo expresa su descontento y demanda cambios. Que cesen las detenciones arbitrarias y se cumpla el debido proceso y las garantías judiciales a todas las personas privadas de libertad en el marco de las manifestaciones recientes. Que suspenda de inmediato y se investigue de manera independiente y exhaustiva el lanzamiento de gases tóxicos y disparos de perdigones y armas de fuego contra los manifestantes, locales comerciales, centros de salud y vehículos, dado que estos actos configuran graves infracciones del derecho internacional y pueden constituir crímenes de lesa humanidad.
Al mismo tiempo pedimos a todas las personas que deseen ejercer su legítimo derecho a la manifestación, que lo hagan en el marco del respeto a las leyes y a los ciudadanos, evitando todo tipo de violencia que tergiversa los más nobles propósitos.
Reconocernos todos como hermanos, hijos de esta tierra, y recuperar la convivencia democrática es nuestro gran reto. Rogamos a Jesucristo puesto en cruz que su grito de dolor conmueva nuestras entrañas ante la violencia generalizada que está golpeando a nuestra gente.
Que Jesucristo Nazareno nos bendiga en este día en el que todo el país y especialmente la ciudad de Caracas agradecen su compañía misericordiosa.
Caracas, 12 de abril de 2017.
Francisco José Virtuoso, SJ
RECTOR
Encíclica Ex Cordie Ecclesiae, Juan Pablo II,
22/05/1984, No 1 Génesis 4, 9-10
Comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Venezuela Ante las Decisiones del Tribunal supremo de Justicia de fecha 11 de abril del 2017